Cuando vemos una pieza de arte wixaríka (se pronuncia güirraríca), NO se dice huichol, lo primero que salta a la vista es su colorido. Este arte es uno de los más apreciados y admirados en el mundo por su complejo manejo del color sobre formas y símbolos. Pero, ¿que significa?
Antes de continuar debemos hacer una aclaración. A los wixaritari, plural de wixárika, a veces se les llama equivocadamente, huicholes. La palabra huichol quiere decir “el que huye” y ellos no huyen. El término wixárika significa “persona de corazón profundo que ama el conocimiento”. Entonces, el nombre verdadero de este pueblo es wixárika.
Dicho lo anterior, según la cosmovisión del pueblo wixárika, por medio de los colores los dioses se comunican con los hombres.
¿Como logran esta comunicación? Gracias a un cactus sin espinas que llaman hikuri y que nace en el desierto sagrado de Wirikuta, a donde este pueblo realiza su peregrinación.
Este cactus es el peyote (Lophophora williamsii), uno de los elementos que esta cultura considera como un medio que permite recibir los mensajes que los dioses mandan a la humanidad. Esta planta semidesértica fue una especie sagrada a la que este pueblo le debe su supervivencia.
El arte wixárika, es de los pocos procesos creativos en el mundo que esta ligado a un sentido místico. A partir de esta interacción surgen aquellos colores y formas que observamos en él.
En resumen es un portal mítico de su cultura, que significa el comienzo de la vida y el orden del mundo.
La materias primas empleadas para crear los intrincados diseños que conocemos son la lana, el algodón, la manta, la cera y la chaquira. Las cuentas de kuka o chaquira, no sólo proporcionan colorido y belleza; también simbolizan el agua y se les encuentra un parecido con el maíz, que también fuente de vida.
La chaquira decora dos de los elementos más importantes de la cultura wixárika: las jícaras para recolectar el hikuri y la joyería, que es usada por hombres y mujeres por igual.
Fuentes: Más de MX, Cultura Colectiva y Neomexicanismos.